martes, octubre 24, 2006


Las comparaciones nacen en el centro de nuestro hogar, cuando nuestros padres, tios, abuelos empiezan a compararnos con alguien de la familia, debemos recordar que nadie es igual a nadie, que cada uno es diferente, con sus cualidades, defectos, aciertos...
Cuantas veces en nuestra vida hemos hecho comparaciones y más con el medio que empleamos para atormentarnos a nosotras mismas.... Las comparaciones son muy dolorosas, minan nuestra confianza, se bloquea la energía creativa que podamos tener, nuestra autoestima se agota poco a poco.
Cuando has amado profundamente a una persona y no se encuentra a tu lado e inicias en un tiempo determinado otra, empieza el proceso de comparación, y no te permites conocer profundamente a la persona que esta a tu lado, simplemente porque etiquetamos por los errores y aciertos de la anterior relación.
Gracias a algo o a alguien tenemos la oportunidad de conocer a miles de gentes, si se cierra una puerta, no te ciegues, observa se abren muchas puertas más, solo esta en ti.. saber cual es la indicada, y recuerda no compares... porque lo único que estarás haciendo será tu mismo (a) cerrar la puerta....